) 64) "REFLEXIONES SOBRE LOS ULTIMOS MOVIMIENTOS DE UM"

o han faltado estos días gurus que, aprovechando el tsunami de Miguel Nadal, han disparado sus escopetas cargadas contra el govern presidido por Antich, entre otras razones por su maldad casi intrínseca a causa de estar formado por distintos partidos (¡el hexapartito!), léase gobierno de coalición. Mi primera reflexión es que un gobierno monocolor no es ni mejor ni peor que un gobierno de coalición.
Puestos a rebuscar en nuestra memoria próxima, y sin pretender hurgar demasiado en la herida, el anterior gobierno monocolor presidido por el huido Matas parece haber generado el rosario de “presuntas” corrupciones que un día sí y otro también nos salpican . Y si rebobinamos más en nuestra reciente historia, cuando Cañellas fue cesado desde Madrid por el asunto del tren de Sóller, en la misma legislatura fue sustituido por Cristóbal Soler, el “breve”, y posteriormente por Jaume Matas, sin haber pasado por las urnas. Si observamos la composición de un relevante número de gobiernos de la U.E., concluiremos que están formados por coaliciones de distintos partidos.
Pero, realmente, ¿qué ha ocurrido en la última semana? Sería absurdo negar una lucha interna en UM, concretada en la urgencia de M.Nadal de ratificar y visualizar su presidencia heredada de M.A. Munar. Suele visualizarse el complejo de Edipo/Electra, matar el padre/madre, cuando llega el momento de sustituir el mando de una organización que ha sido presidida durante años por un líder de fuerte personalidad y relevancia pública. Algo de tal complejo se visualiza en M.Nadal, entre otras razones porque su relevancia interna y externa estaba un tanto disminuida al no tener presencia en las instituciones autonómicas de referencia (¡no formaba, y sigue sin formar, parte del grupo parlamentario uemita!). De hecho su presencia estaba limitada al Ayuntamiento de Palma, donde últimamente había mejorado su relevancia. Además de otras causas de diversa naturaleza, M.Nadal y su entorno han aprovechado los pueriles ceses (¡tú cesas uno por ser de tal “familia”, luego yo ceso dos!) para hacer valer toda la maquinaria estatutaria de UM. Y al mismo tiempo aprovechar la coyuntura para ocupar un lugar significativo, la Consellería de Turismo, que le añada relevancia política interna y externa a su cargo de Presidente de UM.
Hasta aquí se trata de trifulcas internas solucionadas con mejor o peor tino, y que sólo a posteriori se podrá valorar su repercusión electoral. En principio, aunque siempre un “follón” interno de un socio afecta al resto, tal situación interna de UM no tenía porque repercutir en la gobernabilidad y en la imagen del Govern Antich. ¿Dónde ha radicado el posible error? Aunque el nombramiento de Consellers es competencia del President, es evidente que la propuesta para ocupar tal o cual consellería la realiza el partido al que, de acuerdo con el pacto de gobierno de coalición, le corresponde tal responsabilidad. Tal comportamiento ocurre en todos los gobiernos de coalición. Pero en nuestro caso han fallado las formas. Cuando se produjo la crisis protagonizada por Buils, M. Nadal no se cortó un pelo al autonombrarse futuro Conseller. Más aún, el segundo error político de M. Nadal ha sido insistir, con ocasión y sin ella, en que él iba a seguir la misma política turística de Buils. Léase la de UM. Cuando se forma parte de un gobierno de coalición, aunque un determinado partido ocupe una u otra cartera, su programa de actuación no es el de su partido sino el del gobierno. Ante tales hechos, el President Antich se ha visto obligado a actuar con máxima prudencia a fin de evitar males mayores.
Aceptados tales errores, es muy posible que el resultado final resulte satisfactorio. Para los demás socios, y para el conjunto del gobierno de coalición, puede resultar positivo tener en su seno al máximo responsable de UM. Entre otras razones para que las posibles discrepancias se ventilen en el interior del Govern.
Dicho todo lo dicho, es justo reconocer que el actual Govern presidido por Antich ha aprendido de los errores del Pacte de Progrés. De momento, más allá de algunos desajustes, se trasmite una coherencia en su gobierno, incluido en sus modos y maneras. Al fin y a la postre los ciudadanos los juzgarán en las próximas elecciones por sus obras, pero también por sus actitudes.

Política

Tarabini, Antoni | Diario de Mallorca - 3-X-2008