709) Huelga y víctimas de la crisis

Cualquiera que caminara ayer por la mañana por las calles de Ibiza podía comprobar la escasa incidencia de la huelga general en la vida diaria. Los comercios y bares estaban abiertos y hasta la oficina del paro tenía, paradójicamente, una actividad casi normal. La convocatoria de los sindicatos en contra de la reforma laboral no detuvo el pulso ciudadano. Había algo menos de movimiento que un día normal y mucho más que un domingo. A pesar de que una mayoría de trabajadores pueden entender que la nueva norma aprobada por el Gobierno de Rajoy ataca derechos laborales conquistados con mucho esfuerzo, muchos optaron ayer por no abandonar sus puestos de trabajo. La huelga tuvo más éxito entre los funcionarios –sobre todo de Educación– y en las grandes empresas o en las que desempeñan funciones estratégicas, pero muy poco en las pymes. Por presiones de los empresarios y por temor a perder el empleo... puede ser, pero en mayor medida porque en las pequeñas empresas no están las cosas para perder el producto de una jornada y porque muchos de los trabajadores se solidarizan con sus jefes que son, como ellos, víctimas de la crisis. No hay una obligación legal de servicios mínimos, pero sí moral.

Economia

Editorial | Diario de Ibiza - 30-III-2012