749) Más precarios

Cuando se analiza la situación de los jóvenes en la crisis, se tiende a homogeneizarlos como si los problemas a los que se enfrentan fueran los mismos para todos. Nada más lejos de la realidad; sin embargo, esta tendencia unificadora hace que se falle en el diagnóstico y por tanto en la búsqueda de soluciones adecuadas. Las dificultades no son las mismas para jóvenes hasta 18 años, cuyo principal objetivo debe ser obtener titulación de secundaria o la reincorporación al sistema educativo de quienes lo hayan abandonado, que para los mayores de edad con o sin formación. Se han de poner en marcha diferentes medidas, entre otras, programas de formación y empleo, la formación en alternancia, y potenciar Políticas Activas de Empleo específicas. CC OO viene planteando estas y otras medidas para la inserción efectiva de los jóvenes en el mercado de trabajo.

Pero las decisiones políticas que se adoptan van en la dirección opuesta. Con la reforma laboral del actual Gobierno, se pone en marcha un nuevo “contrato de trabajo indefinido de apoyo a los emprendedores”, dirigido a favorecer a los empresarios y no a los jóvenes. Es un contrato que instaura el despido libre y gratuito, sin causa, ampliando el periodo de prueba a un año; se otorga a los empresarios-emprendedores amplios incentivos fiscales que se mantienen —aunque el trabajador o trabajadora haya sido despedido— pasado el primer año de contratación; el empresario no tiene ninguna obligación de mantener ese contrato, supuestamente indefinido, y es discriminatorio porque incentiva la contratación de las personas que cobran prestación contributiva por desempleo frente a las demás y, especialmente, frente a los jóvenes que suelen ser los que no tienen este tipo de prestaciones.

El segundo contrato que se modifica es el de formación y aprendizaje y, aunque tiene este nombre, se ha suprimido del mismo la obligación para el comienzo de la formación, de tal manera que puede finalizar y no haber recibido la formación prevista. Eso sí, el salario se verá reducido en la parte proporcional a la formación. Se ha perdido otra oportunidad para poner freno al desempleo juvenil, acentuando la desregulación laboral y no impulsando políticas de estímulo e inversión que sí generan empleo. Decisiones erróneas con las que crecen las dificultades para la emancipación de los jóvenes.

Joves

Fernández Toxo, Ignacio | El País - 20-VII-2012