800) Educación: un grave error

Los grandes países europeos „con Francia y Alemania a la cabeza„ tienen un sistema educativo fruto del consenso y dotado por tanto de considerable estabilidad. En España, no hemos conseguido tal cosa todavía, con la particularidad de que después del bien intencionado intento, naturalmente fallido, de lograr el pacto PP-PSOE que llevó a cabo Ángel Gabilondo en la legislatura pasada, ahora caminamos de nuevo velozmente en la dirección contraria. No es extraño que el fracaso escolar sea en nuestro país muy superior al de los estados maduros de la UE.

El ministro Wert, que en su vida anterior pareció un personaje contemporizador y progresista, ha optado por implementar el programa máximo del Partido Popular en materia educativa, que no sólo impedirá cualquier aproximación a su antagonista, el partido socialista, sino que amenaza con generar un rechazo frontal en las comunidades con lengua autóctona, y muy especialmente en Cataluña, donde la inmersión lingüística que tiene ya treinta años de vida ha dado un resultado francamente positivo: no se ha disgregado la sociedad catalana por comunidades lingüísticas, el catalán se ha convertido con naturalidad en la lengua de la educación y los ciudadanos de Cataluña, bien integrados, dominan ambas lenguas españolas.
Se puede entender que el PP intente resolver las sentencias judiciales reiteradas que defienden en Cataluña el derecho de los padres reclamantes „una ínfima minoría en todo caso„ a que sus hijos sean educados con el castellano como lengua vehicular pero la propuesta de la LOMCE que acaba de publicar Wert es una declaración de guerra contra Cataluña, que no tiene en cuenta que, para la mayoría de los catalanes, el catalán es la lengua materna, y que la hipotética independencia política puede ahora ligarse a la bandera de la independencia idiomática. Porque la inmersión sí ha generado un masivo e incontestable consenso en Cataluña.

La actitud de Wert, tan consecuente con su ideario de partido, es en todo caso provocativa porque, por su extremosidad, da por hecho su carácter efímero: el gobernante puede aspirar a que su obra perdure si actúa con moderación y en busca de lugares comunes, aunque no los encuentre. En este caso, la supresión de la Educación para la Ciudadanía, el establecimiento de asignaturas alternativas a la Religión „una vieja aspiración de la Conferencia Episcopal„, la recentralización de la fijación de contenidos, el desmantelamiento de la inmersión lingüística y, sobre todo, el adelanto de los itinerarios hacia la FP y el bachillerato, que atenta contra la igualdad de oportunidades según los sectores progresistas de la comunidad educativa, permiten asegurar que la nueva ley será inmediatamente retirada en cuanto se produzca una alternancia al frente del Gobierno del Estado. Todo ello al margen de que la LOMCE sea ya un acicate que abona la causa independentista en Cataluña y que será esgrimida con eficacia por los nacionalistas para denunciar la abusiva injerencia del Estado en esta delicada materia. Después de la proscripción franquista del uso del catalán, es muy penoso tener que hablar todavía de estas cuestiones que ya parecían definitivamente resueltas.
Así las cosas, la reforma educativa, puramente provisional, durará lo que dure la mayoría absoluta del PP. Escasa renta para tanta conmoción.

Educació

Papell, Antonio | Diario de Mallorca - 5-XII-2012